En un mundo donde la tecnología ha avanzado hasta el punto de crear realidad virtual, dos chicas llamada Emily y Sarah estaban sentadas frente a una pantalla de computadora. Estaban jugando un juego que les exigía generar modelos 3D realistas de sus propios cuerpos. Mientras trabajaban, comenzaron a notar algo extraño sucediendo con sus cuerpos. Su piel se estaba volviendo cada vez más perfecta, sus ojos se estaban volviendo más brillantes y más azules, y su pelo estaba creciendo más y más brillante. No podían explicarlo, pero sabían que algo era diferente. Mientras seguían jugando el juego, Emily notó que su cuerpo parecía estar cambiando de maneras que no podía explicar. Sus músculos se estaban fortaleciendo, sus huesos se estaban volviendo más densos, y su piel se estaba volviendo más suave y elástica. Ella sentía que podía hacer cualquier cosa con este nuevo poder sobre su cuerpo. Sarah notó cambios similares en sí misma también. Sus ojos parecían más brillantes que nunca antes, su piel brillaba con salud, y sentía que podía correr por millas sin cansarse ni dolor. También notó que su cabello se había vuelto mucho más suave y más brillante que antes, casi como hilos de seda corriendo a través de él. Mientras seguían jugando juntos el juego, Emily se dio cuenta de que este nuevo poder sobre sus cuerpos no era sólo una experiencia divertida - era algo mucho más profundo que eso. Fue un recordatorio de lo poderoso que puede ser la tecnología cuando se utiliza para buenos propósitos - no sólo entretenimiento o conveniencia, sino también para crear belleza y hacer que la gente se sienta mejor sobre sí mismos dentro de fuera!