El joven se enamoró de la creación de Pygmalion, pero en lugar de ser feliz, se enojó con ella por romper las reglas de su contrato. La maldijo para convertirse en una estatua y vivir sus días como una mera figura de piedra

La estatua llegó a la vida y el joven se enamoró de la creación de Pygmalion. Pasaba horas admirando su belleza y tocando su piel suave. Un día, hizo un deseo de que pudiera venir a la vida y ser su esposa. La estatua llegó a la vida, pero en lugar de ser feliz, estaba enfadada con él por romper las reglas de su contrato. Ella lo maldijo para convertirse en una estatua para siempre y vivir sus días como una mera figura de piedra en el pasillo donde habían conocido por primera vez.