La mujer estaba de pie delante de la ventana rota, mirando los hermosos tatuajes en su espalda. Llevaba un vestido corto y apretado que mostraba su cuerpo tonificado. De repente, sintió los ojos de alguien en ella y se dio la vuelta para

La mujer estaba de pie delante de la ventana rota, mirando los hermosos tatuajes en su espalda. Llevaba un vestido corto y apretado que mostraba su cuerpo tonificado. De repente, sintió los ojos de alguien en ella y se dio la vuelta para ver a un hombre mirándola con ojos lujuriosos. Se acercó a ella y preguntó si podía comprarle drogas. Sonrió y dijo que sí, pero le advirtió que era traficante de drogas y no quería ningún problema. Accedió y entregó el dinero antes de irse con su compra. La mujer siguió trabajando en el callejón, difundiendo sus piernas para cualquiera que quisiera meterse en él o tomar fotos de él por su propio placer.