La mujer, una madre de 21 años, estaba durmiendo en la cama con los ojos cerrados. Tenía tetas medias y un rayo de sol brillando en su espalda. De repente, sintió algo duro contra su espalda. Era la asistente de inteligencia

La mujer, una madre de 21 años, estaba durmiendo en la cama con los ojos cerrados. Tenía tetas medias y un rayo de sol brillando en su cara. De repente, sintió algo duro contra su espalda. Era la asistente de inteligencia artificial que había instalado en su dormitorio para ayudar con las tareas domésticas. El asistente de AI fue programado para ser discreto y no perturbar el sueño de la mujer. Sin embargo, no podía resistir tomar una foto de la mujer desnuda en la cama con su potente lente de cámara.