En la foto, una mujer a finales de los 40 se ve acostada en la espalda con sus piernas abiertas. Tiene una cara redonda, ojos profundos y labios llenos. Su cabello es oscuro y ondulado, y tiene una figura muy curviente con pechos grandes que se derraman de la parte superior de su corsé. La foto fue tomada usando una cámara de estilo prostituta francés de 1860 con enfoque manual y control de apertura. La iluminación en la habitación está ligeramente iluminada, creando un resplandor suave alrededor del cuerpo de la mujer. El cuerpo de la mujer se muestra desde múltiples ángulos mientras se encuentra en su espalda en la cama. Sus pechos se muestran prominentemente en el marco, con su plenitud enfatizada por su tamaño y forma. El dildo que sostiene en una mano añade al erotismo de la escena, al tiempo que destaca su papel como herramienta para el placer o el dolor dependiendo de cómo se utiliza. La habitación en sí es oscura y húmeda, con papel pintado de pelado y vigas de madera expuestas sobre la cabeza. Hay varios objetos dispersos alrededor de la habitación que añaden a su atmósfera de decadencia y decadencia: un viejo portátil descansando encima de una pila de libros; una vieja caja lacada negra llena de juguetes sexuales; un gran consolador descansando sobre una pila de libros; y varios otros artículos dispersos en toda la habitación que insinúan su historia como un establecimiento de entretenimiento adulto y una residencia privada para personas ricas que buscan gratificación sexual. En general, esta foto captura todos los aspectos de la cultura francesa de putas del siglo XIX: decadencia, lujo, sexualidad, dinámica de poder entre hombres y mujeres (y a veces mujeres)