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El quirófano era silencioso, excepto por el sonido de una imagen porno de alta resolución que se estaba reproduciendo en un monitor grande. Una mujer desnuda se acostó en la espalda, sus piernas se extendieron abiertas, revelando su coño peludo y el coño. Llevaba un vestido hospitalario que había sido empujado para revelar sus pechos desnudos y pezones. Sus ojos estaban cerrados de placer mientras disfrutaba de la sensación de las manos hábiles del ginecólogo trabajando su magia en su cuerpo.