El viejo vio a su hija y a su amigo susurrando en un banco en el parque, sintiéndose celoso mientras los miraba tocarse. No podía evitar notar lo hermoso que parecían en sus vestidos apretados. De repente, se dio cuenta de un joven

El viejo se sentó en un banco en el parque, mirando a su hija y a su amigo. No pudo evitar notar lo hermoso que parecían en sus vestidos apretados. De repente, notó a un joven mirándolos desde el otro lado del parque. El anciano sintió una oleada de celos mientras veía al joven susurrar algo a su hija y luego guiar su mano a su entrepierna. No podía evitar sentirse celoso mientras los veía susurrándose y tocándose. El viejo no podía evitar sentir celoso mientras veía a su hija y a su amigo susurrando en el banco, mirándolo con ojos lujuriosos. No podía creer que alguien tan joven pudiera ser tan sexualmente agresivo, pero había algo sobre esta chica que le hizo querer llevarla allí en público. Al alejarse del parque, el anciano sentía una sensación de anhelo por lo que podría haber sido si sólo hubiera podido controlarse. Pero era demasiado tarde ahora; todo lo que podía hacer era ver como la inocencia de su hija fue tomada por las manos de otro hombre.