El vaquero solitario, Odelschwanck, estaba en medio de un vasto desierto con su cámara confiable. Su cara sin expresión y su boca cerrada fueron perfectamente capturados en la foto. En una mano, tenía un pelo verde

El vaquero solitario, Odelschwanck, estaba en medio de un gran desierto. Acababa de filmar una foto de sí mismo con su cámara fidedigna. Su cara sin expresión y su boca cerrada fueron perfectamente capturados en la foto. En una mano, sostuvo a una chica de pelo verde que le miraba con los ojos abiertos. Su falda estaba desgarrada y tenía pelo corto que le cubría el cráneo. La otra mano se aferraba a su falda para evitar que cayera mientras miraba a la cámara con una expresión mortal en su cara.