En un dormitorio diminuto, la mujer india se quedó dormida en la cama, su mano descansando suavemente sobre su cabeza. Su largo pelo oscuro en cascada sobre la almohada, y su cara, con sus características perfectas, se relajaba en el sueño. El aire alrededor de ellos era pesado con el deseo, ya que sus cuerpos se tenían uno contra el otro en los talones de la pasión.