Un encuentro interracial en el patio trasero del castillo

Bajo el suave resplandor de la luna en un bosque oscuro, dos hombres africanos gigantes, musculosos e intimidantes, estaban en un patio trasero del castillo. Uno llevaba ropa interior rosa que contrastaba con su piel tonificada. La otra, una morena de pelo largo con cola de caballo, arrodillada ante ellos, sus piernas se extendieron de ancho. Mientras trataba de caber su polla, dos veces más grande que su iPhone, en su boca, los hombres miraban, sus enormes testículos colgando, una vista para contemplar en la noche.