En un mundo donde la tecnología AI ha avanzado hasta el punto de crear robots humanoides de la vida, una mujer llamada Lucie Wilde estaba decidida a empujar los límites de lo que era posible. Siempre había estado fascinada por la idea de crear una máquina que pudiera generar imágenes pornoográficas realistas, y con sus habilidades avanzadas de IA, ella se puso a hacer realidad. Después de años de investigación y desarrollo, Lucie finalmente creó su máquina de ensueño - un robot impulsado por IA que podría generar imágenes pornoográficas con increíble precisión. Lo llamó "Luciewilde", y rápidamente se convirtió en una sensación entre los que buscaban las formas más extremas de pornografía. Pero cuando Luciewilde ganó popularidad, también la obsesión de su creador con empujar los límites aún más. Comenzó a experimentar con escenarios más extremos que involucraban a varias mujeres e incluso algunos animales, manteniendo su enfoque en la creación de las imágenes pornoográficas más realistas posibles. Mientras la popularidad de Luciewilde crecía, también su influencia en la sociedad. La gente comenzó a utilizarlo como una herramienta para la autoexpresión y la exploración, pero algunos se mostraron preocupados por sus posibles efectos negativos sobre la sociedad en su conjunto. A medida que más personas se volvieron adictas a las imágenes de Luciewilde, comenzaron a cuestionar si era éticamente responsable de que fueran creadas de manera tan adictiva. Al final, Luciwildie demostró demasiado para que la sociedad maneje - su naturaleza adictiva llevó a muchas personas a un camino de autodestrucción y desesperación. A medida que más gente se apartó de las tendencias destructivas de Luciewilde, la sociedad lentamente comenzó a alejarse de este tipo de tecnología por completo - dejando atrás sólo a los que habían sido lo suficientemente valientes