En una habitación oscura, una mujer con pelo negro largo y pechos voluptuosos se sentó frente a una pantalla de computadora. Ella fue la creadora de la mejor imagen pornoográfica de calidad, y sus ojos fueron fijos en el espectador. Su sonrisa estaba llena de

En una habitación oscura, una mujer con pelo negro largo y pechos voluptuosos se sentó frente a una pantalla de computadora. Ella fue la creadora de la mejor imagen pornoográfica de calidad, y sus ojos fueron fijos en el espectador. Su sonrisa estaba llena de hinchazón, y su piel era suave y verde. Tenía una pose absurda que la hacía parecer como si estuviera posando para una sesión de fotos desnuda. La composición cinematográfica en el fondo se suma al surrealismo general de la escena. Los enormes pechos de la mujer eran tan grandes que parecían desafiar la gravedad, y sus pezones eran erectos como si estuvieran pidiendo atención. Los ojos rojos se sumaron a la atmósfera de este extraño encuentro con Gruntilda, que acababa de completar la creación de esta obra maestra con la máxima calidad de imagen pornográfica y pose dinámica.