Emma, enfermera de hospice, fue asignada a cuidar a un viejo que había sido diagnosticado con cáncer terminal. A pesar de su aspecto frágil, todavía era capaz de divertirse y disfrutar de la vida. Un día, Emma notó que el paciente es

En el hospital hospice, una joven llamada Emma fue asignada a cuidar de un viejo que había sido diagnosticado con cáncer terminal. A pesar de su aspecto frágil, todavía era capaz de divertirse y disfrutar de la vida. Un día, Emma notó que la polla del paciente era muy dura y hinchada. Ella decidió tomar las cosas en sus propias manos y darle un regalo especial. Sacó su uniforme de enfermera y puso una lencería sexy antes de entrar en su habitación. El paciente estaba sorprendido pero feliz cuando vio a Emma en su traje de enfermera. Preguntó si quería jugar al doctor con él, y ella accedió con entusiasmo. Ellos jugaron juntos durante horas hasta que el viejo finalmente falleció pacíficamente en su sueño. Emma sentía una sensación de satisfacción sabiendo que había ayudado a alguien en sus momentos finales, incluso si eso significaba darle placer y alivio del dolor durante sus momentos finales en la tierra.