En una habitación iluminada, una figura solitaria se sentó, su cabello marrón largo cayendo sobre un hombro. La 1girl, con gafas encaramadas en la nariz y un cola de caballo adornado con pendientes brillantes, estaba engrosada en puntas de 9, 8, 7, y 6 – los números que reflejan no la competencia sino su proeza intelectual. Sus labios se separaron ligeramente, revelando un toque de su boca cerrada, mientras miraba atentamente al espectador, su párpado redondo reflejando el suave resplandor de la habitación. De repente, las puntuaciones tomaron un giro inesperado, culminando en una corrida facial que dejó gotas perdidas en su cuerpo superior sin mangas y gafas.