Una joven, con las piernas extendidas, se sentó en una silla frente a un ordenador. Estaba escribiendo furiamente, sus ojos enfocados en la pantalla. De repente, oyó un golpe en la puerta y rápidamente se cubrió con una toalla

Una joven, con sus piernas extendidas, se sentó en una silla frente a un ordenador. Estaba escribiendo furiamente, sus ojos enfocados en la pantalla. De repente, oyó un golpe en la puerta y rápidamente se cubrió con una toalla. La puerta se abrió y caminó un hombre mayor con gafas y llevando un maletín. La sonrió y dijo: "Estoy aquí para ayudarte con tu proyecto". Ella sonrió y le agradeció por su ayuda. Al salir de la habitación, no pudo evitar notar cómo se veía su culo en esos pantalones apretados que llevaba puesto.