Una joven rusa, de 18 años, estaba sentada en una silla de billar con su libro en mano. Tenía cabello largo, fluido y una figura delgada que la hizo destacar de las otras chicas en la piscina. De repente, notó un grupo

La joven rusa, de 18 años, estaba sentada en una silla de billar con su libro en la mano. Tenía cabello largo, fluido y una figura delgada que la hizo destacar de las otras chicas en la piscina. De repente, se dio cuenta de un grupo de chicos mirándola desde el otro lado de la piscina. La estaban ogiendo como si fuera una especie de criatura exótica. La chica se sintió incómoda y rápidamente se puso su traje de baño para cubrirse. A medida que se fue, no pudo evitar sentir que alguien la estaba mirando cada movimiento.