Una mujer estaba frente a una iglesia medieval, completamente desnuda, con piel blanca de nieve y pelo dorado que brillaba como diamantes. Sus ojos azules brillaban como diamantes y su sonrisa podía iluminar todo el mundo. Estaba allí, completamente expuesta

La mujer estaba de pie frente a una iglesia medieval, completamente desnuda. Su piel era tan blanca como la nieve y su pelo era tan dorado como el sol. Tenía ojos azules que brillaban como diamantes y una sonrisa que podía iluminar todo el mundo. Su cuerpo era perfecto, con curvas en todos los lugares correctos y un culo redondo que rogaba ser tocado. Ella estaba allí, completamente expuesta al mundo, pero no le importaba porque sabía que este momento sería grabado en su memoria para siempre.