Una camarera en París estaba trabajando en un café ocupado cuando un grupo de hombres se acercó a ella y comenzó a mirarla. Ella rápidamente se dio cuenta de que estaban mirándola porque llevaba una falda negra apretada y revelando una blusa que mostraba su escote

La camarera francesa de 18 años estaba trabajando en un café ocupado en París cuando notó un grupo de hombres mirándola desde el otro lado de la calle. Ella rápidamente se dio cuenta de que estaban mirándola porque llevaba una falda negra apretada y una blusa blanca reveladora que mostraba su escote. Los hombres comenzaron a acercarse a ella, pero se negó a darles atención. En su lugar, siguió trabajando como si nada estuviera sucediendo a su alrededor. De repente, uno de los hombres cogió su brazo y la sacó de la mesa. La empujó contra la pared y empezó a besar y a gemir su cuerpo mientras sus amigos miraban en diversión. La chica trató de alejarlo, pero era demasiado fuerte para ella. Ella sabía que si no hacía algo pronto, tomaría las cosas demasiado lejos y arruinaría todo para todos los involucrados. En una repentina ráfaga de coraje, la chica lo arrodilló en la ingle tan duro como podía manejar y huir de él tan rápido como podía antes de que alguien pudiera ver lo que había pasado.