La mujer madura estaba tan excitada por la vista de su propio cuerpo que no podía ayudar sino a acurrucarse por todos sus pechos. Cerró los ojos e imaginó el pelo grueso y desordenado del hombre cubriendo sus pechos mientras la cogió duro desde atrás

La mujer madura se sentó frente a su computadora, acostándose mientras observaba el esperma goteando sus pechos perfectos. Estaba tan excitada por la vista de su propio cuerpo que no podía evitar alcanzar sus pezones y jugar con ellos. Al frotarse y pellizcarlos, ella no podía evitar imaginarse cómo sería tener un verdadero hombre en sus brazos. Cerró los ojos e imaginó el pelo grueso y desordenado del hombre cubriendo sus pechos mientras la cogió duro desde atrás. El pensamiento la hizo aún más húmeda mientras continuaba complaciendo con pensamientos de ser follada por un extraño frente a una pantalla de computadora.