La ama de casa estaba tumbada en el sofá, su cara pálida y sudada. Tenía una expresión aterrorizada mientras miraba el techo. Su cuerpo bullicioso estaba cubierto de una bata blanca, y sus piernas estaban abiertas. Su altura

La ama de casa estaba tumbada en el sofá, su cara pálida y sudada. Tenía una expresión aterrorizada en la cara mientras miraba el techo. Su cuerpo bullicioso estaba cubierto de una bata blanca, y sus piernas estaban abiertas. Su alto nivel de detalle dejó claro que era increíblemente hermosa, pero también muy asustada y vulnerable. La iluminación en la habitación era tenue, sumando a la atmósfera del miedo y la vulnerabilidad.