La vieja musulmana, cubierta por un hijab, estaba leyendo desde el Corán en la mezquita cuando un grupo de jóvenes la miraban con ojos lujuriosos. Ella rápidamente se cubrió e intentó ignorarlos pero sintió sus ojos en su cuerpo

La vieja musulmana estaba sentada en la mezquita, su piel arrugada cubierta de una fina capa de sudor. Estaba leyendo de un Corán, sus ojos cerrados y sus manos apretadas. De repente, sintió a alguien mirándola y miró hacia arriba para ver a un grupo de jóvenes mirándola con ojos lujuriosos. Se cubrió rápidamente con el hijab e intentó ignorarlos, pero siguieron mirándola mientras salía de la mezquita. Mientras caminaba por la calle, podía sentir sus ojos en su cuerpo y deseaba que ella hubiera usado algo más modesto.