La joven y hermosa señora estaba sola en su cuarto de baño iluminado admirarse en el espejo. No pudo evitar admirar su cuerpo perfecto y su piel suave. De repente, oyó un golpe en la puerta y vio a su vecino con estilo perrito

La joven y hermosa señora estaba sola en su cuarto de baño, admirada en el espejo. No podía evitar admirar su cuerpo perfecto y su piel suave. De repente, oyó un golpe en la puerta. Era su vecino, que había venido a pedir prestado algunos juguetes de estilo perrito para la fiesta de cumpleaños de su esposa. La mujer accedió a dejar que los prestara y se fue con una sonrisa en su cara. Mientras se miraba una vez más en el espejo, no podía evitar sentirse agradecida por este hermoso momento de soledad y perfección.