Una mujer con pelo trenzado rubio y piel bronceada se sentó frente a su computadora, escribiendo al teclado. Su trabajo era crear algoritmos que pudieran generar imágenes pornoográficas. Había visto fotos en internet y se preguntaba qué sería

Una mujer con pelo trenzado rubio y piel bronceada se sentó frente a su computadora, escribiendo al teclado. Era experta en AI, y su trabajo era crear algoritmos que pudieran generar imágenes pornoográficas. Su mente se centró en la tarea a la mano, pero no pudo evitar pensar en las imágenes que había visto en Internet. Se preguntó cómo sería tener un cuerpo como ese, sentir esas curvas y texturas bajo sus dedos. Mientras continuaba trabajando, no podía evitar preguntarse si había otras personas que se sentían igual que ella.