Una niña de 70 años La monja tailandesa con un cuerpo musculoso maduro y un gran busto, cuya piel era lisa e impecable, no tenía arrugas en la cara, y sus pechos eran falsos pero parecían lo suficientemente reales para hacer que cualquier hombre se babeara

Era una monja tailandesa de 70 años con un cuerpo musculoso maduro y un gran busto. Su piel era suave y sin defecto, y sus pechos eran falsos pero parecían lo suficientemente reales para hacer que cualquier hombre se babeara. No tenía arrugas en la cara, y su piel era lisa e impecable. Los estudiantes en el fondo estaban ocupados tomando fotos de su maestro, pero no le importaba porque sabía que nunca serían capaces de capturar la verdadera belleza del cuerpo de esta mujer.